1. Definición y origen

El concepto de “funcional” proviene de la fisioterapia, donde se utiliza para describir a pacientes que, tras un ictus o lesiones similares, necesitan recuperar movimientos esenciales para su vida diaria, como lavarse la cabeza o realizar tareas cotidianas.
La idea principal es mejorar la capacidad de una persona para desenvolverse en su entorno, ya sea en actividades diarias, laborales, deportivas o de rehabilitación, minimizando el riesgo de lesión. En otras palabras, “funcional para qué” significa entrenar para atender las necesidades de la persona en su contexto específico.

Para qué entrenamos la Fuerza

Cuando aplicamos el por qué al entrenamiento de fuerza, debemos entender la misma no como una simple línea, sino como un triángulo con tres aspectos fundamentales:

1. Los tres aspectos del entrenamiento de fuerza

1.1 Fisiológico
Trabajamos las diferentes manifestaciones de la fuerza según el objetivo de la persona: fuerza elástico-reactiva, fuerza máxima, hipertrofia, etc.
Todo dependerá del deporte que practique y la periodización. Los que quieren cuidarse  les dedicaremos un punto más adelante
1.2 Metabólico
Diseñamos programas estructurados en series y repeticiones adaptadas a los objetivos: por ejemplo, 3 series de 8 repeticiones para hipertrofia o 3 series de 4 repeticiones para fuerza máxima.
Adaptamos el trabajo a sistemas energéticos específicos, como el desarrollo de umbrales en corredores.
1.3 Biomecánico
Analizamos planos, ejes y vectores de movimiento para identificar las necesidades individuales.
Diseñamos ejercicios que ayuden a generar, estabilizar y transmitir fuerza en los planos y ejes en los que la persona se mueve habitualmente.

2. Patrones generales de movimiento

No podemos entrenar cada posible movimiento que una persona realiza en su vida, pero sí podemos enfocarnos en patrones generales que subyacen a la mayoría de los movimientos. En actividad física y salud, estos patrones incluyen:
Triple flexo-extensión: Movimientos que implican acercar el centro de masa al suelo y elevarnos.
Variantes asimétricas: Movimientos funcionales como caminar, sentarse o levantarse del suelo pero la posición de las piernas es asimétrica (Ej. Una zancada).
Bisagra de cadera: Una variante del patrón de triple flexo-extensión que desafía el control lumbo-pélvico.
Pull (tracción): Movimientos de tracción en diferentes planos (diagonal superior, inferior y horizontal).
Press (empuje): Movimientos de empuje en varios planos (diagonal superior, inferior y horizontal).
Core: El vínculo funcional entre extremidades superiores e inferiores, clave en la estabilidad y transmisión de fuerzas.
Traslado de carga: Movimientos que relacionamos con transportar mochilas, bolsas de la compra o maletines a través de los farmers

3. Aplicaciones prácticas

Por tanto, el entrenamiento funcional de fuerza no se trata solo de levantar peso, sino de moverse de manera eficiente, aplicar la fuerza de forma eficaz en el entorno de cada persona y en el tiempo. Algunos ejemplos concretos incluyen:
3.1 Mejorar la marcha
Si una persona tiene dolor de espalda debido a una mala postura, trabajar el patrón de triple extensión con progresiones y variabilidad ayudará a mejorar su marcha de manera funcional y sostenible.
3.2 Optimizar el lanzamiento
Para mejorar la mecánica de lanzamiento en un tenista, es esencial analizar cómo genera, estabiliza y transmite la fuerza. Luego, se pueden diseñar ejercicios específicos que potencien su rendimiento y reduzcan el riesgo de lesión.

Conclusión

El entrenamiento de fuerza funcional va más allá de levantar pesas: implica comprender cómo el cuerpo genera y utiliza la fuerza en su contexto diario, deportivo o laboral. Aplicar este enfoque permite mejorar la eficiencia del movimiento, prevenir lesiones y optimizar el rendimiento de manera personalizada.
¡Entrenar con propósito es entrenar mejor! ¿Donde? En RIOTS